lunes, 19 de octubre de 2009

CAMARADAS QUE MATAN

El hijo del lider del PC en Galicia en la clandestinidad, el asturiano Victor Garcia, descubrió hace un año las investigaciones que apuntan a los compañeros de partido como los autores del asesinato.


Hace apenas un año rescató del olvido la memoria de su padre. Pero no la que él habia tenido desde su asesinato en la comarca pontevedresa del Deza en abril de 1948, cuatro años después de haberle sido encomendada la reorganización del Partido Comunista en Galicia y el norte de Portugal. El primer descubrimiento lo llenó de satisfacción. Tras 60 años de busca, Victor Garcia encontró el lugar donde yacen los restos de su padre. Una placa sobre su tumba fue el homenaje que hace tres meses le rindieron sus familiares. El otro descubrimiento, aún no logró asimilarlo: "No murió por un tiro de la Guardia Civil. Fue Carrillo quien dio la orden de asesinarlo".

R. PIETO I A CORUÑA "Por fin lo cazamos. Este canalla se nos resistia como una sanguijuela. Logramos cazarlo en la comarca de Lalin. Desde alli (?) movia los hilos de ciertos grupos aventureros y descontrolados. Es un provocador que nos dio muchos disgustos y, aunque tarde, lo emos eliminado". La carta fechada el 23 de abril de 1948 revela el final del metalúrgico asturiano Victor Garcia Garcia, alias el Brasileño, asesinado en la clandestinidad por sus compañeros del Partido Comunista. Los mismos que le habian encargado en 1942 reorganizar el PC en Galicia y el norte de Portugal. Un enlace del partido comunicó su muerte pero no la autoria, a su mujer, afincada en Vigo con su hijo Victor, de 6 años. Fue él quien hace apeñas un año se entero de las circuunstancias en las que habia sido ejecutado su padre. No fue en un tiroteo con la Guardia Civil, como el y su madre habian creido. "El comité central del PC, asentado en Francia y comandado por Dolores Ibárruri y Santiago Carrillo, decidió asesinarlo", sentencia.

Medio sepultado por tierra y ramas y mordido por las alimañas, su cadáver fue encontrado al cabo de unos dias por un vecino en un bosque. Tenia un disparo en la cabeza. Victor Garcia fue enterrado en el cementerio de la aldea de Moalde (Silleda), al pie de una ventana de la iglesia.

Hasta hace un año, sólo algunos vecinos de la localidad pontevedresa e historiadores locales conocian el lugar donde yacian los restos del lider del PC en Galicia y quiénes habian dado la orden de ejecución. A mas de 400 kilómetros, en la década de los cincuenta Asturias y años más tarde en el Pais Vasco, su mujer y su hijo velaban su cuerpo en silencio. Su sospecha no se confirmaria con el paso de los años. Victor Garcia Garcia no habia sido paseado por el régimen de Franco.

Según investigaciones del alemán Hartmut Heine y de historiadores gallegos como Alberto Maceira o Lupe Martinez, el reorganizador del PC en Galicia y el norte de Portugal fue condenado por la propia organización comunista, acusado de "infiltrado" y de "estar en contacto con los servicios aliados en la red de evacuaciónde pilotos derribados en el frente europeo" y que, desde Francia, cruzaban por Galicia hacia Portugal.

Algunas fuentes señalan al guerrillero Marcelino Rodriguez Fernández, Marrofer, como responsable de la muerte de Victor Garcia y de su lugarteniente, Teofilo Fernandez. Las investigaciones dan por hecho que el nuevo comité regional del PC, en la que José Gómez Gayoso relevó a El Brasileño, estaba al tanto de la eliminación de ambos.
Victor descubrio hace menos de un año el lugar donde fue enterrado su padre y quiénes dieron la orden "liquidarlo politica y fisicamente". Su mujer murió sin poder rescatar del olvido la historia de El Brasileño. Desde hace tres meses una lapida identifica la tumba que durante seis décadas buscó su hijo, Victor Garcia Fernández, ex jefe de Cirugia del hospital de Cruces (Barakaldo) y profesor de Patologia Quirúrgica de la Universidad del Pais Vasco. "Fue su unico homenaje", lamenta.

Una herida cicatrizó al encontrar el lugar el lugar dónde esos viejos huesos clamaban memoria y libertad. La otra nunca lo hará. "No fue asesinado en un tiroteo con la Guardia Civil, como siempre habiamos creido mi madre y yo, sino que el comite central del PC, asentado en Francia y comandado por Dolores Ibárruri y Santiago Carrillo, juzgo que la labor realizada por mi padre al frente del partido en Galicia no coincidia con sus proyectos y decidieron asesinarlo. Y los asesinos enviados por el partido lo lograron en el año 1948", relata Victor, afincado en Oriñon (Cantabria)






EN LA CLANDESTINIDAD


Nacido en la locadidad asturianade Muriello, Victor Garcia Garcia emigro de niño con sus padres y sus dos hermanos a Brasil. Durante su estancia en el pais que le dio el alias de El Brasileño estudió contabilidad y se afilió al Partido Comunista. En 1934, regresó a España y participó en la Revolución de Octubre. Su lucha revolucionaria lo llevó preso a la cárcel Modelo (Madrid) y al penal de Dueso (Santoña). En la Guerra Civil, luchó en el frente norte como comisario de brigada en un batallón de las Brigadas Internacionales. Fue miembro del Comité Central del PC de Asturias y de la Internacional Socialista.

"Finalizada la guerra, no buscó la protección del exilio en La Habana, Moscú o Paris, como hizo Santiago Carrillo, sino que siguió en la lucha por los ideales perdidos y, sin solución de continuidad, se incorporó a la clandestinidad. Se estableció en el norte de Portugal y Galicia reorganizando el PC de esa tierras, que habia sido totalmente desarbolado por el regimen. Contribuyó a crear una guerrilla con 947 luchadores en pos del restablecimiento de la República vencida", relata su hijo.

Terminada la Guerra Civil, el primer Comite del PC en Galicia se estableció en las minas de Fontao, en la comarca pontevedresa del Deza, con el objetivo de reorganizar el partido a través de los militantes que eran trasladados de prisión a campos de trabajo. Según relata su hijo, la dirección del Partido Comunista lo envió a Galicia para organizar la guerrilla gallega y la del norte de Portugal. "La cuestión idiomática tuvo su importancia para que el partido lo enviase ahi", comenta Victor en referencia a los años que su padre estuvo emigrado en Brasil.

Según una investigación de Alberto Maceira, historiador de la comarca del Deza, Victor Garcia Garcia creó en los años 1942-1943 el Comité Regional del Partido Comunista, en las minas de Bea, en la localidad pontevedresa de Fontao. Fue el inicio de la reorganización del movimiento guerrillero con sabotajes para conseguir financiación para el PC.

En junio 1944, Victor Garcia trasladó el Comité Regional del Partido Comunista de Fontao a Vigo. Es entonces cuando su mujer y su hijo abandonan Sama de Langreo, en Asturias, y se asientan "en una casita pequeña protegida por un bosque" en el barrio del Calvario, según recuerda Victor, que entonces tenia dos años.

Pero la dirección del PC en Madrid decide cesarlo en su cargo al frente del partido en Galicia y le ordena unirse a los guerrilleros. La negativa de El Brasileño, que reclama su continuidad en la organización del Partido Comunista, acaba provocando su expulsion del PC. La represión interna de su propio partido, según investigaciones del historiador Hartmut Heine, le lleva a esconderse en Bandeira (Pontevedra).

Aunque los guerrilleros de la comarca tenian orden del nuevo secretario del Comité Regional del PC en Galicia, José Gómez Gayoso, de acabar con la vida de El Brasileño, esperaron a la decisión del Comite Central de Madrid. En abril de 1948, aparecio muerto de un tiro en la cabeza.

"Mi padre queria hacer de mi un pequeño comunista. Me enseñaba los cantares de la joven guardia y el himno de la Marsellesa", recuerda Victor Garcia Fernández. Durante sus cuatro años en el barrio vigués del Calvario- de los dos a los seis- sufrió la "soledad" de la clandestinidad. "El llegaba de manera esporádica. Pasaba dos o tres dias con nosotros y volvia a marcharse. Mi madre trabajaba de sirviente y también salia a vender jabón por las calles de Vigo. Ella fue una heroina", relata el hijo de El Brasileño.

Victor no se relacionaba con los otros niños del barrio. "Al estar en la clandestinidad, mi padre tenia miedo a que me preguntasen por el -añade- y comentase algo que levantase sospechas". Pero pronto tuvo un nuevo compañero: "Una noche que llegó mi padre, fue a mi cama a llevarme un regalo. Me llevé un susto mortifero cuando me dejó sobre la cama un puerco espin. Ese puerco espin fue mi amigo, hasta que un dia se escapó".

Sus peores temores se hicieron realidad. En abril de 1948, un enlace del PC informó a su madre de la muerte de El Brasileño de un tiro. "Nunca supo quién lo habia matado. Siempre pensó que habia sido la Guardia Civil en un enfrentamiento", relata su hijo.

Pero hace apenas un año, tras contactar con el equipo de investigación de las tres universidades gallegas sobre la Guerra Civil, Victor conoció no sólo el lugar en el que está enterrado su padre sino también quiénes ordenaron su ejecución. El pasado 4 de mayo envió una carta al secretario general del PC, Francisco Frutos, informandole de las investigaciones sobre el asesinato de su padre. No hubo respuesta.

En su próxima visita a la tumba de su padre, prevista para el próximo fin de semana, Victor le contará lo ocurrido en los últimos meses, tal y como hizo cuando el pasado mayo la familia colocó una lápida en el lugar donde yacen sus restos desde hace más de 60 años. "Alli seguiran, en la tierra por la que mi padre dio la vida", concluye.

Mi agradecimiento a los periodicos,

Faro de Vigo

La Opinion de la Coruña

La Nueva España de Asturias

Por su apoyo y difusión ya no solo de mi carta, si no de los articulos que a continuación se publicaron.











jueves, 15 de octubre de 2009

Mi padre un luchador: "el Brasileño = Brasileiro"

Hace unos dias he leido en su periódico una noticia sobre el homenaje que un centro cultural de Avilés organizó para premiar a tres asturianos participes en el advenimiento y en el desarrollo de la Constitución española y, como consecuencia, de la concordia entre todos nosotros.
Uno de los elegidos fue Santiago Carrillo. Su elección me llenó de tristeza y, con los ojos llenos de lágrimas, afloraron los recuerdos atenuados, no muertos, de una infancia llena de privaciones, huérfano de padre a la edad de 6 años por obra y virtud de su "concordia". Brotaron las vivencias de mi madre viuda, vendiendo pan por las calles de Sama de Langreo, con los agujeros de las suelas de los zapatos "sellados" con cartones, arreglando con manos inexpertas de modista aficionada las chaquetas viejas que le regalaban, convirtiéndolas en prendas de abrigo para que yo acudiese a la escuela protegido del frio... Senti su hambre para que yo, un ñiño, me alimentase con lo poco que podia comprar con sus menguadas ganancias... Recordé lo que le habia ocurrido una vez finalizada la Guerra Civil, con mi padre huido: las humillaciones que sufrió, cómo le cortaron el pelo por orden de los moros y los falangistas y le hicieron que barriese las calles de su pueblo para escarnio de los "rojos" y complacencia de los "azules"... ¿Su delito? Ser la mujer del Brasileño, un luchador republicano al que buscaban para eliminarlo.

Mi padre se llamaba Victor y eran sus apellidos Garcia Garcia. Lo apodaron el Brasileño debido a su estancia en ese pais sudamericano. Nació en Muriello (Quirós). Fue el menor de tres hermanos. Mis abuelos, pobres, emigraron a Brasil en busca de mejoras económicas para su familia. Durante su estancia estudio contabilidad y se afilió al Partido Comunista. Regresó a España participando en la Revolución de Octubre de 1934 como militante del Partido Comunista Asturiano. Estuvo preso en la cárcel Modelo y en el penal del Dueso (Santoña). Luchó en la Guerra Civil en el Frente Norte con el empleo de comisario de brigada, siendo la unidad a la que estaba asignado la 111.ª, con sede en Bayo. Fue miembro del comité central del PC de Asturias y de la Internacional Comunista.

Finalizada la guerra, no buscó la protección del exilio en la Habana, Moscú o Paris como el "prócer" asturiano cuyo homenaje me ocupa, sino que siguio en la lucha por los ideales perdidos y, si solución de continuidad, se incorporó a la clandestinidad. Se estableció en el norte de Portugal y Galicia reorganizando el PC de esas tierras, que habia sido totalmente desarbolado por el regimen. Contribuyó a crear una guerrilla con novecientos cuarenta y siete luchadores en pos del restablecimiento de la República vencida.

Pero el comité central del PC, asentado en Francia comandado por Dolores Ibárruri y Santiago Carrillo, juzgó que la labor realizada por mi padre al frente del partido en Galicia no coincidia con sus proyectos y decidieron asesinarlo (quiero hacer constar que en los archivos del PC consultados no existe ningún documento inculpatorio contra él). Y los asesinos enviados por el partido lo lograron en el año 48.

Su cadáver fue encontrado en un bosque con un disparo en la cabeza y con parte de su anatomia destrozada por las alimañas. Fue enterrado en el cementerio de una población rural, Moalde, perteneciente al municipio de Silleda (Pontevedra).

Hace seis meses hallé su tumba sin signos identificativos. Fue su único homenaje. Creo que mis lágrimas estan justificadas.

Quiero terminar rogándoles a ustedes, los periodistas, que tanta influencia tienen sobre los poderes públicos y las corrientes de opinión, que contribuyan a rescatar del olvido a aquellas personas que, como mi padre, llenaron los montes y las cárceles de nuestra sufrida tierra del grito de libertad que aún retumba en tantos corazones.

Vaya, asimismo, mi recuerdo y un abrazo solidario para los hijos y los nietos de aquellos hombres y mujeres que dieron su vida por la democracia y que nunca serán homenajeados.

Supongo que este escrito, fruto de una "rebeldia" por los aplausos de la sociedad hacia un personaje que lo único que hizo por el advenimiento de la democracia fue abandonar su seguro refugio transpirenaico, no será publicado porque va contra la corriente de los tiempos actuales y de los estereotipos presentes de la sociedad. Con tal de que haya sido leido en esa redacción, me dare por satisfecho.

Nota.- He leido textos y articulos sobre mi padre en que el segundo apellido es "Estanillo", supongo debido a un "alias" o a la deformación en la transmisión oral.


Victor Garcia Fernández

jefe de cirugia del Hospital de
Cruces, Baracaldo (Vizcaya), y
profesor de la facultad de
Medicina del Pais Vasco


Fuente: La Nueva España: 10-08-2009